Lennon, aquí y allá: «Mind Games» como guía de combate.

«Dream Power», John Lennon, n.d.

Para Isabella.


De Lennon se dice que dio su vida por la Verdad, y no me costaría creerlo. En el ’66, después de la controversia More popular than Jesus —fíjese usted también, entendido, en la coincidencia numerológica del año—, Lennon aclararía el verdadero propósito de sus palabras. Con esto, alguna especie de ironía, detrás trágica, el recuerdo de Nietzsche: la muerte de Dios como significado, la pérdida de sentido, la sumisión a la sociedad del consumo.


Se podrían decir mil y mil cosas más de Lennon, no bastarían tomos para exponer y analizar delicadamente la sustancia detrás de su composición. Lo que es cierto, y materialmente más próximo, es también que lo mataron: maldición de genio. La música Beatle, cuyo valor real, en cuestión de significado, empieza con la publicación de Rubber Soul en el ’65, es realmente muy difícil de comprender. Las afirmaciones más controversiales de Lennon, más allá de lo que diga la iconografía pop, se desatan después de la publicación de este álbum. Fíjese usted la densidad del nombre, Alma de Hule no es cualquier cosa, adentro, Nowhere Man.


Serán los colores y la melodía catchy, pero los Beatles no son sencillos de digerir. Los Beatles, a pesar de su popularidad, no son para todo el mundo. Guardando proporciones —ojo con esto— y evitando caer en pecado, me atrevería a decir que hablar libremente de los Beatles es como que cualquier mortal, como mi persona, pretendiese explicar el significado detrás de las Sagradas Escrituras o el Bhagavad Gita. No seremos nosotros, específicamente yo, el que lo descifre: pero me voy a atrever a inaugurar una discusión. Así lo veo.


La discografía de Lennon a finales de los 60 y principios de los 70 guarda una causalidad lógica muy curiosa. El álbum blanco de los Beatles —mi favorito—, da por finiquitada, como un nirvana, una época de exploración mística. Ya en solitario, John Lennon/Plastic Ono Band, Imagine, Some Time in New York City y Mind Games —cuidado, la cosa sigue, pero cada vez más superficial, como muriéndose—, el significado de las canciones empiezan a reflejar un sentimiento muy real: ya no habrá confusión de significado como con los Beatles maduros. Lennon se vuelve un espejo. La música y la letra detrás de temas como Love, Look at Me, Instant Karma! —de imprenta schmitteana—, God y por supuesto, Working Class Hero, no son difíciles de captar —la lista no acaba allí: sigo con Mother. Son canciones que se reproducen en la mente —hay que escucharlas con el Ajna—: son imágenes, son olores, son sensaciones viscerales. 


Como verán, es tarea titánica hablar de Lennon, mucho más en el contexto Beatle. Curiosidades históricas confunden y asombran: ¿Aleister Crowley en la portada de Sgt. Pepper’s? ¿Yo soy La Morsa? ¿Capitán Kundalini? Ya alguien más, o yo mismo, se ocupará de este asunto. Humildemente, quisiera ofrecer una interpretación propia de una guía de combate: Mind Games (1973). 


No soy, obviamente, un filólogo. Desconozco la realidad gramática de la canción. No me atrevo a poner comas, pero los lyrics en internet son todos iguales: parece que fue escrita así como se lee. 


We're playing those mind games together

Pushing the barrier planting seed

Playing the mind guerrilla

Chanting the Mantra "peace on earth"

We all been playing those mind games forever

Some kinda druid dude lifting the veil

Doing the mind guerrilla

Some call it magic the search for the grail


Hay un tablero de juego: el mundo. Se juega, primero, a través de la mente. En los Juegos de la Mente —Mind Games— pelea una guerrilla —Mind guerrilla—, siempre, desde que el mundo es mundo. El ejercicio de la guerrilla es claro: levantar el velo —como los druidas—, plantar las semillas y cantar el mantra de la paz —vaya usted a saber cuál de todos—. El ejercicio guerrillero dentro del tablero es como magia, pero tiene un propósito: la búsqueda del Grial. 


El propósito, precisamente, significaría la dimensión moral del juego. Ya no sería entonces la mente propiamente el terreno, sino la consciencia de lo aparente, de lo percibido. La guerra de guerrillas, dentro de un gran juego, implica necesariamente marginalidad, sabotaje. El guerrillero de la mente, en este contexto, se niega a aceptar el juego: boicot. Naturaleza de la guerrilla: un tira, afloja, esconde y tira. Un guerrillero de la consciencia, una vieja categoría: el aristócrata.


Love is the answer and you know that for sure

Love is a flower

You got to let it, you gotta let it grow


La inmediatez causal de la anterior estrofa, sobre el amor, con mayúscula, que sigue una mención al Grial podría ofrecernos una interpretación, ya levantado el velo: el Grial, objeto de búsqueda es, precisamente, el Amor. Esto no es difícil de relacionar: el Grial de Cristo —como Amor hecho hombre—, buscado incesantemente por los caballeros de las épicas de antaño: los guerrilleros de la consciencia en busca de Amor. ¿Pero una flor? Flores hay muchas, no se podría referir a una flor en específico, es un decir entonces. La aclaración está en el último verso: la flor como objeto vivo, particularmente hermoso, que crece. 


El hecho de que la flor crezca daría a entender tres cosas: primero, en la estrofa anterior, los guerrilleros de la mente plantan semillas que darán flores, segundo, el Amor sería entonces orgánico —¿Cristo, el hombre?—, tercero, como consecuencia de lo inmediatamente anterior, como el Amor es orgánico: nace, crece y muere en ciclos eternos. El Amor es la respuesta.


So keep on playing those mind games together

Faith in the future out of the now

You just can't beat on those mind guerrillas

Absolute elsewhere in the stones of your mind

Yeah we're playing those mind games forever

Projecting our images in space and in time


Los dos primeros versos son un ruego. Es evidente. Los guerrilleros de la consciencia deben seguir, sin desfallecer, haciéndole el juego al juego del mundo. La fe en el futuro, out of the now, da a entender que esta se crea a sí misma. El futuro se va desenvolviendo a medida de que el ejercicio de la guerrilla sigue. Es entonces cuando llegamos a una certeza: así esta guerrilla no triunfe —es cierto que casi ninguna lo hace—, el hecho de su propia praxis significa la existencia de un futuro en constante movimiento. Tener fe en la acción.


Todos los que conocen desde la perspectiva militar la guerra de guerrillas, saben muy bien que es interminable. Las guerrillas no pueden ser simplemente derrotadas: la hierba que, a pesar de ser podada constantemente, sigue apareciendo. La praxis de la guerrilla de la consciencia es el bien, energía positiva creada desde sí, causa sui. ¿Lo lógico? lo bueno que no puede ser derrotado y se genera a sí mismo: Dios. 


Las piedras de tu mente, the stones of your mind, es lógicamente otro guiño druídico. Un absoluto otro lado, donde están ubicadas estas piedras, es quizás el lugar propio de la guerrilla de la consciencia. Un absoluto otro lado es, precisamente, la marginalidad: los bordes del tablero de juego. Ese absoluto otro lado, donde habitan unas piedras, podría contener una significación metafísica interesante como referencia a Platón. Haciendo de la Idea una piedra y del absoluto otro lado el espacio donde se encuentran: el mundo de las Ideas. Las Ideas como piedras son valores absolutos. Esto cobra sentido con el último verso de la estrofa: dichas Ideas se proyectan en el espacio y en el tiempo. 


Inmediatamente antes, hemos mencionado lo creado desde sí. En símbolos, lo que se crea a sí mismo es el Uróboro, la serpiente que se come la cola. El juego de la mente se juega para siempre: la eterna pugna del positivo contra el negativo, el bien y el mal. Pero también el juego de la mente es un ciclo —cobran sentido las referencias druídicas—: las estaciones y los estadios de toda cosa viviente. Otra vez, la cuestión del bien es una cuestión orgánica. 


Yes is the answer and you know that for sure

Yes is surrender, you got to let it, you got to let it go


La afirmación del sí tiene una doble connotación. En el primer verso, significa la afirmación de una voluntad: la guerrilla de la consciencia que dice «Sí» al combate imbuye de valor propio al mismo combatir. Es positivo. No obstante, el «Sí» del segundo verso es negativo. Dejar ir, el desapego, es la negación de poseer. Esto, junto, dualidad del mundo en el Sí como Logos: el combate del bien carece de interés alguno, su único sentido es sí mismo.


So keep on playing those mind games together

Doing the ritual dance in the sun

Millions of mind guerrillas

Putting their soul power to the karmic wheel

Keep on playing those mind games forever

Raising the spirit of peace and love


Los dos primeros versos pueden parecer, escuchando la canción, como una misma idea separada nada más por el efecto melódico —en razón del verbo doing—. Seguir jugando los juegos de la mente, juntos —juntos, como en todos— haciendo el baile ritual en el sol. La aclaración espacio-temporal en el sol, descarta otro guiño druídico: no es el sol el objeto del baile ritual, sino el lugar. Esto significa entonces que el sol, percibido inmediatamente estando ahí, no irradia luz hacia sino que quema. El baile ritual, seguir jugando el juego de la mente, no-ser guerrilla tiene una efectividad que aparecería inmediata, quemarse. Pero quemarse, propiamentedicho, es, otra vez, un proceso, es decir, representa varios estadios espacio-temporales y puede durar tanto como nuestra visión del tiempo se ralentice. El que juega con fuego se quema.


Millones de mind guerrillas, también propone una diferenciación espacio-temporal: no hay una única guerrilla, hay muchísimas. Esto da a entender que el hombre bueno, es guerrilla dentro de su propia consciencia —mente—. Hay hombres buenos. Lo mismo ocurre los siguientes versos que con los dos primeros: el cuarto es una continuación del tercero y no una una idea separada —en razón del verbo putting—. El ejercicio práctico de la guerrilla del hombre bueno, individualmente, es el ejercicio de poner en —no encima de, ni debajo de— la rueda kármica su poder espiritual. Para los conocedores de la idea kármica, es lógico, poner en la rueda kármica puede significar tanto dejarla seguir rodando —el mal— como frenarla —el bien—. La praxis de la mind guerrilla —frenar— se enfrenta al no-hacer —dejarla seguir rodando—.


¿Y los dos últimos versos? El Amor ya sabemos. 


¿La Paz? En general, el fin del conflicto, que, proyectado eternamente no es más que el no-existir del enemigo: el fin del mal.


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